Habiendo sido presentado en el último Naberu News, he decidido traer a ustedes algunos relatos y extractos de los lugares que pueden recorrer en Naberu, y no he encontrado mejor comienzo que una introducción a Antaras, el pueblo más cercano a la frontera donde los mapas marcan “Here be Dragons”, el lugar donde todo explorador de Naberu comienza y cuyo suelo puede que besen cada vez que regresen.
Antaras fue fundado hace unos pocos años como un proyecto conjunto de múltiples personas influyentes que deseaban tener una base en el continente resurgido, la ciudad se encuentra en el borde este de estas tierras, siendo el punto de más fácil acceso para los barcos que tienen que dar el largo viaje desde Faerûn para llegar, las grandes rocas que bordeaban la costa ahora forman una ciudad conectada por puentes, el terreno siendo conquistado relativamente rápido a través de la limpieza de criaturas y bestias en cada isla, tras lo cual un proceso ingenieril terminaba uniéndolas a las siempre crecientes dimensiones del asentamiento.
Pero una ciudad tan impresionante con una influencia arquitectónica tan variada no es trabajo fácil y es allí donde un descubrimiento temprano fue clave en elegir este suelo: No era la primera ciudad en estar aquí
Una exploración inicial revelo la presencia de ruinas dispersas por la zona, con un estilo parecido al de los humanos, los cimientos de la vieja ciudad y un rudimentario sistema de alcantarillado, actualmente gran parte de ello ha recibido una renovación para volverlo funcional (y continúan trabajos de investigación arqueológica), pero Antaras no sería capaz de contener a su gente de no ser por este trabajo que le precede, que según algunas estimaciones debería tener como mínimo 500 años de abandono, superando por mucho los 100 años que lleva desaparecido el continente.
Si uno hubiera de subirse a las tejas o pudiera ver el horizonte como un ave (lo cual he tenido el privilegio de hacer), vería que la luz del sol choca contra los dos edificios más altos de Antaras: El edificio del gremio y el edificio del consejo, ambos siendo edificios antiguos que han encontrado otro uso.
En lo alto de un risco supervisando el puerto se eleva un palacio de poderosa piedra donde estandartes de distintas partes de Faerûn se mecen al viento, hasta el día de hoy trabajadores se mueven por sus techos limpiando y restaurando la vieja construcción, donde siguen encontrándose viejos pasadizos secretos y paredes y puertas que llevan a habitaciones secretas (una investigación personal revela que varias se encuentran inundadas o inaccesibles de otro modo). Es en su cámara principal donde late el órgano político de Antaras, que aun teniendo representantes de varias partes de Toril mostrando sus intereses, el verdadero poder recae en El Consejo de los Seis, cuyos miembros e influencias merecen un artículo propio.
Por su parte en el centro de la ciudad yace una fortaleza de imponentes paredes y arcos: el hogar del gremio de exploradores. Lo que parecía ser una serie de espacios para tiendas ahora dan lugar a distintas recepciones y oficinas con secretarios que trabajan registrando y licenciando a los nuevos exploradores, llevan registros de sus actividades y expediciones, y mantienen el tablero de anuncios donde los exploradores van organizándose, sus pisos superiores teniendo bóvedas de tesoros, documentos y estancias para sus trabajadores; un patio central es un común sitio de encuentro para los expedicionarios.
Pero no toda construcción de Antaras es un edificio antiguo remodelado, la migración de gente, las oportunidades de negocios sumado a la ambición y deseo de aventura de sus nuevos habitantes ha impulsado la aparición de varios gremios de distintas labores que buscan empleados, así como establecimientos y grupos donde gastar tu tiempo libre entre aventuras, algunos teniendo antigüedad y otros en proceso de construcción:
Los templos dedicados a Mielikki y Tyr son fuentes de meditación y apoyo, sus acólitos y pupilos ofreciendo sus servicios para aquellos que reciban heridas al interior o exterior de Antaras, así mismo han estado empezando a aceptar voluntarios dada la multitud de sus tareas.
Para aquellos que busquen una noche de fiesta encontraran recintos para todos los bolsillos, aunque he recibido varias recomendaciones de visitar la taberna el cabaret, donde según entiendo por una buena propina puedes comprar secretos junto a tu bebida.
Si deseas des estresarse a través del ejercicio quizá estén interesados en la arena recientemente estrenada, donde puedes participar en pequeños torneos frente al público, quien sabe, quizá llames la atención de alguien de la Hermandad de lobos que van a ver el nuevo talento que llega a la ciudad.
Por otra parte, si ya tienes dinero y deseas gastarlo, o tienes un ítem particularmente raro que desees vender puedes visitar el Bazaar de la Pulga, donde encontraras siempre disponible una mesa de apuestas o un posible comprador interesado (P.S: Yo vigilaría mi bolsa si fuera allí)
Si debido a lo anterior terminas en problemas es mejor que vayas con la Caballería de Antaras, quienes basados en fuertes principios protegen sus murallas, y puede acepten darte entrenamiento si tienes la dedicación y los recursos necesarios.
Por último, pero no por eso menos importante, si sales unas pocas millas de Antaras encontrarás el Altar Viridiscente, donde se reúne gente que busca que la naturaleza de este continente se mantenga resguardada, y sirven como protectores de aquellos granjeros en las afueras.
Para concluir quisiera hablar de un lugar que se ha vuelto un segundo hogar para mi:
Taverna de aventureros “El fogón del dragón”
Esta taberna, cerca del edificio del Gremio de Exploradores es uno de los puntos de reunión más visitados, su clientela compuesta de razas comunes y exóticas, donde ya seas alguien que se gana la vida con la espada, con sigilo o con hechizos encontraras un trago, una comida caliente, y una cama donde descansar.
El edificio cuenta con tres pisos, los cuales están estructurados para que formen una especie de cámara central donde se puede mirar hacia abajo desde los pisos superiores como si fueran balcones, al centro una gran chimenea decorada con motivos de dragones que da calor a toda la estructura y sirve como cocina extra en eventos especiales: El fogón que da el nombre al lugar.
La taberna fue fundada prácticamente desde que inicio Antaras, sufriendo múltiples expansiones con los años y cambiando de forma, la única constante siendo su dueña: Seldanna, la Half-elven tabernera
Según cuenta en una pequeña entrevista creó este lugar con tal de poder proteger a los aventureros que van en estas tierras, y poder expandir sus conocimientos culinarios con las recetas que traen desde otros continentes. Considera a sus clientes “interesantes”, y dice estar siempre dispuesta a dar una palabra de sabiduría si alguien llegara a pedirla; en general no suele tener problemas aquí y que en la mayoría de los casos una mirada suya tiende a calmar a la gente en su interior.
Todos tenemos nuestros propios motivos por los cuales venir a Antaras, pero no hay que negar que es importante disfrutar los simples placeres que uno puede encontrar en un lugar como este: festines culinarios, la música de un bardo de fondo (créditos a Aeneas) o la comunidad de la que uno termina siendo parte sin darse cuenta; y espero querido lector que algún día te sientas tan cómodo aquí como yo.
Con esta nota me despido.
Por Garmos, también conocido como “Cadenas”
Tiefling, explorador, cronista, sirviente de la nobleza y realizador de trabajos varios. Siendo capaz de volar y nadar con facilidad ha decidido recorrer distintas zonas recónditas de Naberu con tal de armar con más información a la siguiente generación de exploradores.