Nota del editor: Para la creación de este artículo tratamos de conseguir a un explorador famoso como Volo (quien exigió mencionáramos su libro “Guide to Monsters” si poníamos su nombre) o alguien de su recomendación, pero dado que no estaban disponibles y nuestros propios internos todavía no vuelven tras un mes de estar afuera hemos terminado con este Tiefling, esperamos sea de su agrado.
Como exploradores del gremio de Antaras se nos encarga el poder descubrir antiguas construcciones o yacimientos, buscar reliquias o textos perdidos desperdigados por todo Naberu. Pero como todo aquel que realizó su primera expedición podrá testificar, estos nunca se encontraran en lugares de fácil de acceso -razón de que sea un trabajo tan bien recompensado- y a veces no es el propio lugar el que da más problemas… sino el viaje hasta allá.
Dado lo anterior, es bajo este paraguas temático que me gustaría ofrecer algunas ideas de como aumentar las chances de llegar a nuestros puntos de interés con la menor cantidad de problemas posibles, y relatar de algunos desafortunados encuentros que han dado la vuelta durante charlas en el Fogón del Dragón.
Poniéndose en camino
Algo que siempre escucharas de todo aventurero veterano es que la preparación y la investigación es clave, esto implica revisar que tengas el equipo adecuado, el transporte adecuado y que tu grupo sea gente capaz y de confianza con la que te puedes coordinar (lo cual siempre será un desafío si me dejan agregar). Cada una de estás cosas puede ser discutida largamente por lo que prefiero pedirles que revisen sus copias de las guías de supervivencia que el gremio de exploradores de Antaras sigue mandando a hacer en su paquete de bienvenida y tantas veces he visto acumulando polvo.
Nota: Comparto el consejo de mi compañero Aeneas aquí, lleven consigo animales, sacos de alimentos y barriles de agua si pueden, es fácil quedar varado en lugares inhóspitos, y aun cuando me duele el cuerpo a veces por mover cosas subiendo el lado de una montaña o a través de un río, prefiero estar vivo y adolorido que descansando tranquilo 3 pies bajo tierra.
Una herramienta que nunca debes olvidar es tu mapa, es aquí que con unas simples estimaciones de distancia que podrás ver: cuanta comida y agua necesitaras, el clima que podrías esperar y no menos importante: que terreno tienes adelante.
Caminando entre lo verde
Todo aquel que haya dado unos pasos afuera de Antaras será recibido por el hermoso verde de sus bosques, alimentados por varios afluentes que viajan al mar, nutriendo la tierra en su proceso. Estos terrenos están llenos de hierbas y bestias que pueden alimentarte, con agua que llenará sus cantimploras y dará algo de higiene al grupo, pero no por ello es un aliado de los exploradores.
Los árboles en tu camino crecen donde pueden si no son talados regularmente, por lo que encontrar una ruta a través de ellos puede consumir más tiempo del que esperabas, como le paso a Gatsu, quien a pesar de su gran fuerza y resistencia, calculo mal las raciones que habría de consumir en su viaje, muriendo en el camino rodeado de vida.
Aquellos que decidan cazar por su parte deben recordar que entran a una cadena alimentaria y sin precaución pueden terminar en la base de ella, como descubrió la pobre Lia Fei, quien en su primera expedición insistió en cazar por su cuenta, solo para que su pierna quedara atrapada en una trampa para osos y su sangre atrayendo lobos que cortaron tempranamente su vida.
Hay otros peligros que más de un druida o ranger podría comentarles, así que solo digamos que deben mantener su ojos abiertos, sus pasos seguros y muchas trampas cuando hagan campamento.
Cruzando eternas montañas
Las cordilleras que se encuentran hacia el este y sur de Antaras con sus altos bordes y nieve blanquecina en lo alto son hermosas desde lejos (y aún más desde la cima de los árboles), sirviendo como punto de referencia para todo aventurero perdido. Pero es una belleza engañosa, pues al acercarte te das cuenta de lo cruel que es caminar a través de sus pasajes sinuosos y enfrentar las usuales ventiscas que lo llaman hogar -más aún durante esta época de la maldición del invierno-, pero esto no significa que nada habite estos terrenos inhóspitos, como descubrió hace tiempo un grupo liderado por el mago Hakan, quienes sin un kit de escalada sufrieron grandes contratiempos con trampas y derrumbes, terminando todo en un combate contra goblinoides y la perdida de recursos, como puede atestiguar el druida Ianrick.
Es por esto que recomiendo que a menos tengan un método de evitar estos obstáculos, verifiquen que lleven cuerdas, pitones, o que el druida del grupo recuerde que algunas formas animales tienen facilidad para escalar y servir de transporte.
Sin importar que tan horrible sea un terreno, siempre habrá algo que lo llame hogar.
Aprovecho a su vez de compartir una experiencia personal: Viajando en medio de una ventisca hacia Riunei (6030), nuestro equipo se encontró tanto con un Gigante de hielo como con un Dragón Blanco Adulto en el camino, una avalancha salvando las vidas de casi todos al ocultarnos bajo la nieve -lo cual no recomendaría a nadie, aún si termino siendo efectivo-, nuestros animales perdidos, nos vimos forzados a cortar pérdidas y recorrer lo restante a pie.
Es con lo anterior que busco mostrar que sin importar que tan horrible sea un terreno, siempre habrá algo que lo llame hogar (y puede ser un algo muy, muy grande).
Nadando en busca de tesoro
A menos que seas el único explorador Triton, descendiente de elfos acuáticos o un genasi de agua en Antaras -en cuyo caso: ¿Que diablos haces en tierra firme?-, deberías evitar estar en el interior del agua siempre que puedas (Esto de ninguna manera significa que no se bañen, malditos. Compren jabón y úsenlo). Para empezar todos nosotros necesitamos aire, sin el ni siquiera el goliath más entrenado podrá aguantar mucho, pero suponiendo incluso encontrarás una forma de respirar en el agua, como lo habrán descubierto todos aquellos que visitaron Descanso para un Maldito (7132) en su momento y hayan convencido a Umberlee de darles una bendición: ese solo el principio de sus problemas.
En general cuando nos dirigimos hacia algún punto de interés en Naberu, se darán las siguientes situaciones: Moverse, pelear, usar hechizos e interactuar; y todas ellas son más difíciles en el mundo submarino.
Moverse por el agua requiere nadar o correr por el fondo, la resistencia de este atrasando los pasos, una armadura pesada posiblemente evitando que puedas siquiera subir, además de ello tenemos las corrientes submarinas que pueden desperdigar un grupo si no se tiene cuidado.
Pelear es complejo dado que cortar por el líquido es mas lento que el aire, así que a menos tengas algún arma adecuada (como espadas cortas, lanzas o tridentes por ejemplo) es probable termines en una mala posición, de su misma manera usar un arma a distancia es casi imposible a menos de que sea una red o una ballesta, por lo que le pedimos a esos artistas marciales que revisen su equipo antes de partir.
Castear hechizos es complejo (como todo lo relacionado al tema), si bien no soy un experto se sabe que para muchos hechizos necesitas pronunciar palabras (por lo que necesitas poder respirar bajo el agua) y necesitas mover las manos en algún gesto extraño que solo ellos conocen, lo cual puede verse impedido por este fluido; según se reportó hace tiempo por el warlock Thomul y el wizard Hakan, es posible usar magia bajo el agua, pero requiere ajustes y experimentación.
Interactuar es un mundo en si mismo, pero no está de más recordar que lugares aislados de la superficie probablemente forman idiomas específicos y culturas únicas a su entorno, con sus propias costumbres y ritos que pueden ser causa de confusión o el inicio de hostilidades (¿Quizá son como Cormyr y tiene su propia versión de reglas con peces que no se pueden lastimar?).
Como cierre, quiero invitarlos a conversar con sus compañeros exploradores de hacia donde viajan, especialmente si estos ya han tenido la oportunidad de explorar un punto que les interese, si bien entiendo algo de sana competencia entre miembros de un gremio, no olviden que el crecimiento de este nos beneficia a todos y por muchas rivalidades que se formen (especialmente ahora que las facciones empiezan a moverse) todos son parte de un equipo, y el enemigo de hoy puede ser el compañero de expedición de mañana.
Esta columna esta dedicada a Sbrasher, Lia Amakiir y Ryrth, quienes partieron hace un par de meses hacia Descanso para un Maldito y nunca regresaron, su paradero es desconocido hasta ahora, el último equipo en ir informando de que no había rastros de su presencia. A todos ellos les dedicamos una plegaria.
Por Garmos
Tiefling, explorador, cronista y realizador de trabajos varios. Siendo capaz de volar y nadar con facilidad ha decidido recorrer distintas zonas recónditas de Naberu con tal de armar con más información a la siguiente generación de exploradores.